domingo, 8 de agosto de 2010

Dos Momentos en un Texto - Parte 6

6ta Parte


El timbre sonó, y el recreo terminó, nos metimos al salón, y me la quedé viendo.
No podía creerlo, ella me miraba a mi.
Estando sólo en mi lugar, ella se acercó, y me pregunto con su hermosa voz:
´¿Puedo sentarme con vos?´, Acepté sin pensarlo.
Fue incómodo en primeros momentos, y no sólo para mi, ella también estaba nerviosa, se sentía en el ambiente esa tensión.
Para romper el hielo, le pregunté que materia teníamos en ese momento.
Ella no me respondió, ya que en ese momento la profesora de la materia, se presentó en el salón, dando respuesta a mi pregunta.
Durante la clase, no volví a escuchar la voz de ella, la profesora hablaba sin parar, y era demasiado estricta, tanto, que si hablabas mientras ella lo hacía te sacaba afuera de la clase, con una sanción.
Ella sonreía a sus compañeras, con las que compartía miradas graciosas, en burla de la mujer a cargo del curso, mientras ella se volteaba a escribir en el pizarrón.
Fue cuando una de sus compañeras hizo un gesto tan arriesgado a los ojos de la profesora, que ella la hizo llamar la atención con un ´¡Shh!´
La mujer dejó de escribir en el pizarrón, y furiosa se volteó.
Nos miraba a mi, y a ella, sabía que uno de nosotros había hecho el sonido.



El sonido de sus últimas palabras, me inquietaron.
-Bueno, pero... es dificil. Vos me gustaste desde siempre - comencé a contarle, y ella no dejaba de prestarme atención -pero...
-¿Pero Qué?-Gritó impaciente.
-¡No se si me seguís gustando como antes!-Le grité.
Se quedó paralizada. Mirandome atentamente.
Sabía que fui muy directo, y por lo tanto traté de hacerla volver en sí, le conté un chiste, pero ni abrió la boca para reirse, le hice gestos y siguió igual, me dispuse a mirarla de cerca a sus ojos, con una mirada penetrante, y reaccionó. Me besó.
Yo me trataba de alejar, pero ella agarraba mi nuca, y no me dejaba, cuando brutalmente, me separé, y noté su rostro perturbado, no sabía siquiera que había hecho.
Se me quedó mirando unos segundos con lagrimas en los ojos, y se fue llorando.
Me quedé sólo, repasando todo lo ocurrido.
Pasados veinte minutos, me levanté y me fui a su casa.
Ella bajó al instante, luego de haber tocado el timbre.
Noté una sonrisa en su rostro, y a la vez, tristeza.
-Tenemos que hablar-nos dijimos ambos a la vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario